De nuevo en Roma.
Hace ya unos cuantos años que pasé un verano allí y tenía miles de recuerdos por mi cabeza. Impresiones imborrables de una ciudad tan bella como humana. No hay esquina que no te deje abrumado, ni rincón donde no se respire el paso del tiempo.
Visitar Roma es beber de la historia a grandes tragos, e impregnarse de cultura de la forma más hermosa.
Esta vez ha sido sólo un fin de semana, breve tiempo, pero el suficiente para patear de forma incansable casi toda la cuidad. Recorrer monumentos, vistar iglesias, pasear por las plazas, saborear interminables pizzas y en definitiva disfrutar y disfrutar.
Un viaje en familia, muy bien organizado y muy divertido. No siempre los planes tienen que ser con los colegas, a veces disfrutar con los que tienes más cerca y no sólamente en Navidades, puede ser muy enriquecedor y una gran sorpresa.
Hace ya unos cuantos años que pasé un verano allí y tenía miles de recuerdos por mi cabeza. Impresiones imborrables de una ciudad tan bella como humana. No hay esquina que no te deje abrumado, ni rincón donde no se respire el paso del tiempo.
Visitar Roma es beber de la historia a grandes tragos, e impregnarse de cultura de la forma más hermosa.
Esta vez ha sido sólo un fin de semana, breve tiempo, pero el suficiente para patear de forma incansable casi toda la cuidad. Recorrer monumentos, vistar iglesias, pasear por las plazas, saborear interminables pizzas y en definitiva disfrutar y disfrutar.
Un viaje en familia, muy bien organizado y muy divertido. No siempre los planes tienen que ser con los colegas, a veces disfrutar con los que tienes más cerca y no sólamente en Navidades, puede ser muy enriquecedor y una gran sorpresa.
