30 enero 2008

"Tristeza Post Coitum"

Ya lo cantaba Siniestro Total allá por los ochenta...

Después del encadene de la Llambría, me he quedado un poco perdido y sin metas a corto plazo. Pero vamos, es un tema que tampoco me quita el sueño, ya caerán más cositas. De momento a seguir entrenado y saliendo a trepar.



Los dos pasados findes hemos estado por el Reloj y por el Camello. En el Reloj, Juanjo se encadenó la "Sambarilux" tirando de manual de buen lolo. El tío llegó, se sentó y se pasó mirando y asegurando, hasta que el sol bajó y la roca se quedó más fresquita...
Menudo máquina.
Resopló, se quejó como siempre, lloró, jadeó...
Pero se la llevó puesta.

Al finde siguiente nos acercamos al Camello, donde Javi y Pablo querían encadenar la "Vía Apia", una de esas cláicas pedriceras. Ambos se fueron con ella en el bolsillo y yo, pues torropeé y disfruté, ya que lo de meter cacharros, como que de momento con calma.



Fotos del encadene de Juanjo por Chini, yo aseguraba...

23 enero 2008

Tardes de Estudio

Como complemento a las clases de la Escuela, estoy realizando unas prácticas de fotografía en estudio. Y la verdad es que lo que al principio parecía como de ciencia ficción, eso de la luz contínua y tal...

Pues resulta que al final va a ser divertido y todo.



Foto por Chini

Las primeras prácticas eran para llorar, y todavía creo que haría soltar lágrimas a más de uno, pero claro, hay que aprender.

La otra tarde tuve una sesión con Samu que estuvo muy divertida. El necesitaba fotos para su Book y yo, pues para el mío, así que había intereses mutuos.

También pongo alguna de otros días. Por favor, criticad y sed despiadados, necesito pulir la técnica.
;-)

Por cierto, aprovecho para solicitar colaboraciones. Si hay alguien interesado, que me lo diga, porque a mí me viene de p.m.

12 enero 2008

Un antes...

Estos días atrás ha pasado una cosita muy importante para mí, y dando vueltas a la cabeza, eché mano de los álbumes de fotos antiguos.

Que risas!!!
Esto antes de la era digital, claro!
Y como pasa el tiempo...

Vaya esta retrospectiva como agradecimiento y reconocimiento a todas las personas con las que he compartido estos años y esta ilusión por la dificultad.

Toda esta historia empieza el primer día que yo pisé Patones. Con 19 añitos y empezando a conocer un mundo lleno de cosas nuevas, como era el mundo de la escalada.
Con la frustración en el cuerpo, por no subirme ni a una chincheta, miré hacia arriba y ví allí a lo lejos, a un tío rubio más fuerte que Conan, trepando por un cacho desplome inhumano.
No sabía ni que vía era, ni quién era él, sólo sabía que estaba haciendo un 8º.
Aquello me parecía estratosférico y pensé si algún día yo sería capaz de hacer algo semejante.

Ya han pasado 14 años.
No es ningún mérito, hay gente hoy en día hace 8º en su primer año de escalada, pero esto trasciende al mundo de los sueños realizados. Es el camino que hay entre la mirada ensoñada de un escalador novel, y la consecución de una obsesión.


Lo importante no es la meta, sino lo que se aprende en el camino, y en este tiempo ha habido mucha gente importante que ha hecho que este sueño se haga realidad.

Parte 1ª
Comencé a trepar como consecuencia de una “mala” experiencia en Peñalara, un frío día de niebla y nieve. Gracias a un amigo (montañero de espíritu), nos metimos por un corredor, lleno de nieve y en muy mal estado. Las pasamos putas para salir de ahí sin matarnos y después de eso convenimos que lo suyo sería aprender al menos las técnicas básicas para asegurarnos, por si en el futuro lo necesitásemos…

Ahí empieza mi relación con la escalada. De la mano de José, aprendí las primeras técnicas, y los primeros erroes. Trepábamos por los riscos de Abantos, sin cuerda...
Pà haberse matao.

Con Miguel y Juan, aprendí a moverme y a fortalecerme.
Los primeros entrenamientos, peripatéticos, a base de doscientasmil dominadas sobre tablón multipresa, destrozaron mis codos, pero forjaron unos dedos capaces de ñapear hasta del bigote de una gamba.

Al principio las cosas iban con calma, y superar grados como el 6b me suponía un horror. Pero poco a poco, las cosas iban saliendo y mi obsesión por el grado crecía.
Días interminables entre las largas vías de grado medio del Muro de los Lamentos, y los bordillos Velloneros.

7ª, un número mágico, una nueva barrera.
Ya empezaba a sonar, al tiempo que el ambiente entre el grupo se enrarecía. Yo quería más y ellos simplemente acpetaban el hecho que para escalar bien había que asentar grado. Pero hacer mil 6b´s, no garantiza que puedas hacer 7a.

También fue la época de Anita y sus comienzos en la escalada, menudo coraje. Pequeñita, pero muy aguerrida, salía a trepar y entrenaba como no había visto yo antes.


Parte 2ª.
Con el encadene de la “Todorín”, hago mi primer séptimo y al tiempo empiezo a salir a trepar con unos chicos de Villalba que estaban empezando por aquel entonces. Carlos y Tris.
Con ellos se produce la verdadera revolución en mi escalada.
Gracias a ellos comprendo el valor del esfuerzo, del entrenamiento hasta la extenuación, de la lucha y de la persecución del los objetivos.
Fuerza, resistencia, bloqueo, y larguísimas tardes en el plafón de casa de Tris. Un panel reclinable de 2x2, en el que pasábamos tardes de más de 4 horas.
Eso sí que era imaginación…

Además siempre que salíamos a trepar era un puta risa. Con los dos perros, Thor y Ricus, un Alaska y un Mastín, siempre había líos.

Recuerdo un día trepando en Patones, Carlos acojonado vivo intentaba encadenar "con el higo en el ombligo", y se puso a llover. No había forma de que Carlos subiese, agarrado a la higuera como un poseso, ni palante, ni patrás. En eso, que los perros se ponen a pelear y Tris que aseguraba, tampoco podía separarlos.

En un arrebato de ira, Carlos al fin sube, se asegura a la reu y le bajo absolutamente endiablado. Sale corriendo, coje a los perros por el pescuezo y los separa levantándolos por el aire, uno en cada brazo.

A parte de eso, la tónica era escalada de desplome y bordillera. Con ellos cae la barrera del 7b, de la mano de la “fácil”, “Lolilla la Bombilla” y después otros tantos.

Un poco más tarde, y ya después de coincidir mil millones de tardes por Patones, también empiezo a salir a trepar con Juan, Javi, Fernan, Nacho y David.
Los conocía de hacía tiempo, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de trepar juntos.
Justo en el año que re-equiparon Patones, yo me iba a la mili, pero tuve unos meses en los que no hacía nada más que trepar y “testear” todas las vías que equipaban y re-equipaban.
Me puse más fuerte que el vinagre. Nunca he vuelto a trepar tanto ni tan bien. Era la ostia.
El ambiente era incomparable, todos trepaban mucho y bien, y además en un entorno de colegueo que te cagas. Guardo un recuerdo imborrable de aquellos días.

Dentro del grupo también estaban Tere, Sofi, Silvi, Nacho y Berta, Sara, Makulín y Silvia…
Había días que llegábamos a un sector y lo copábamos, una vía tras otra, a un ritmo infernal. Lo que probaba uno, luego iba el otro y lo hacía y así sucesivamente. Una locura.

Después vino la época de la mili, y una vez en Cádiz pues imaginé que no vería la roca en todo el año. Pero tuve la tremenda suerte de, una tarde que fui a dar un paseo por la zona de escalda de Ubrique, encontrarme con Antonio y Mari. Allí estaban ellos dos solos. Poca gente suele haber por esa zona y bueno hablamos y estuvimos trepando juntos. Después me invitaron a cenar a su keli y...
Joder, resulta que tenía un plafón en su casa!!!!!

Yo creo que debía ser el único tío de todo Cádiz que tuviese uno y probablemente de toda Andalucía. Total, que la cosa no se dío tan mal y estuvimos saliendo a trepar por casi todas las escuelas de la zona. Benaocaz, Grazalema, Benaoján, Cartajima, San Bartolo...

No dió para ponerme fuerte, pero sí para no perder contacto.

A la vuelta de la mili, y antes de entrar en la Mutua, estuve un invierno trepando por la Pedri con René. Hice la Sur del Pájaro y algunas trepadas más. Era invierno, y así salía un poco del rollo calicero.

También probé un poco con el hielo y esas cosas...
Mala experiencia.

Tuve un accidente en Pirineos, un poco serio, pero del que salí sólo con problemas en un tobillo. Me operaron y estuve casi dos años jodido. Al principio había perdido mucha movilidad, y plaquear era un sufrimiento, ya que con un pié podía pisar pero con el malo, pues se me quedaba muy rígido.
Parecía patapalo.

Todo esto es desde el 93 hasta el 2000.

Después comienzo a currar en la Mutua, y poco a poco voy perdiendo todo lo que tenía. Mucho curro, poco descanso, mala alimentación...

Se unen una serie de factores, que no favorecen en nada mi progresión y veo que me empiezo a estancar.
Sobrevienen también lesiones en los dedos, que me dejan fuera de juego largas temporadas y empiezo a perderme un poco. Mi cabeza no puede estar al 100% en la roca.

A parte Carlos empieza a tener serios problemas de salud y Tris, pues comienza con su preparación para bombero. El grupo se queda un poco cojo...

Como un ciclo vital, al final el grupo también se disolvió. Juan y Tere eran el nexo de unión de gente muy heterogénea unida por la pasión por la roca. Cuando ellos rompieron, el grupo poco a poco se desmembró…

El los últimos momentos encadené mi primer 7c, la “Bestia Fornicadora”

Con el final del grupo, empieza mi declive y entro en unos años de incertidumbre y dificultades, justo cuando estaba en mi mejor momento.

Hasta ese punto soy un claro Patonero, pero un día entrenando en el Gym del Esco, conozco a un chavalillo pequeñín, majo y serio, pero muy mazao, que dice que trepa mucho por la Pedri, y que a ver si salimos juntos…
El Palan.
;-) – Pero de esto hablaré más adelante.

Al tiempo, conozco a los “hermanos de Mallorca”, Borja y Jesús. Con quienes salgo a trepar más asiduamente, ya que el plan Pedricero me atrae menos.
Al principio no le pillo el punto a la pedri…

Con ellos comienzo a trepar cada día peor y no sólo no consigo encadenar más, sino que cada día voy a menos. Me inculcan miedo e inseguridad…
Es un año duro, también coincido en esa época con Puli, que el pobre sin tener culpa de nada, vive mi peor momento.

Todo esto se alarga hasta que relación con mi novia de toda la vida se va a la “m”. Todo envuelto en mentiras y dobles juegos.
Un desastre, vamos.

Así que esa situación me “retira” de la roca por casi dos años. En los que pierdo la ilusión por este mundo que tanto me había dado, pero que tanto me había hecho perderme...



Parte 3ª
Aquí retomo el inciso de Palan.
Palan, junto a Talo son quienes por una parte me “rescatan” de mi estado semicomatoso, y me devuelven la ilusión por la roca.Pero el escenario ha cambiado.
Ya poco queda de ese escalador fuerte, delgado y calicero.
Muchas noches, mucho alcohol, muchos placeres…

Poco a poco, y gracias a su insistencia y a “sacarme” de las orejas, voy trepando por la Pedri, ya que no tengo físico para otras cosas.
De los cantos que antes partía, ahora ni me agarro. Mentalmente sé que puedo, pero mi cuerpo no acompaña.

Así que me refugio en la Pedri, que para las plaquitas no necesito estar mazao. Además como soy un cagueta me lo torropeo todo.
;-)

En esa época conozco a Davilo, Antuan, Su, Rafita, Kike, Iván, Rulo, los Tofu, pero no consigo conectar con el mundo del bloque. Aunque siempre hay buen rollo y risas

Ya antes de dejar de trepar, en 2002, había resuelto todos lo pasos de la "peláez de llemas" y andaba muy motivado por intentar encadenarla. Se quedaría como un proyecto.

En 2003, vuelvo con muy pocas ganas. Palan y Talo tiran de mí, y un día me ponen debajo de la "jozua-etienne". La montan y la torropeo...
Casi sale al primer pegue!!!
Después al 2º, la encadené en torrope.
Flipo y empiezo a pensar que esto de las plaquitas a lo mejor no se me da tan mal.
Jejejejejeje.

Pero vamos, sigo con mucha falta de motivación y no doy continuidad ninguna al tema. Escalo una vez cada 4 ó 5 meses y listo.
Además empiezo a ver que la progresión que llevan es aritméticamente superior y cada día están más lejos, lo que me hace sentir un lastre cada vez que salgo con ellos.



Parte 4ª
A finales de 2004, conozco a la pandilluki actual. Pablo, Javi, Juanjo, Eli y Miki, Sergio, Jaime y con ellos vuelvo a divertirme trepando. Ya no me preocupa el grado ni la dificultad. Simplemente salir a trepar con ellos era divertidísimo. El escalar pasa a ser un tema mental total, y empiezo a dominar mis ansias de encadenar rutas difíciles que me frustran y me crean ansiedad.
Me dedico a hacer vías de grado medio y a disfrutar.

En esto, el enero de 2005 encadeno la Jartum, y veo que me muevo por las placas con mucha soltura.
Empiezo a creer en mí otra vez, y pruebo la Llambría.
Le veo color, pero creo que anda un poco lejos todavía.

Ya en marzo, una llamada de Palan...
Utah en Otoño??
Palan y sus propuestas.
Cómo no!!!!!!!

Un sueño que se hacía realidad.
El resto de la historia, hasta hoy en día, está más-menos en las páginas de este blog.

02 enero 2008

Fin de Año en La Rioja

Fieles a la tradición "nocheviajera" y para no olvidar las buenas costumbres, la Pandilerendi se desplazó una vez más.
Este año, el destino era claro y ansiado. Una comunidad muy deseada, la Rioja.


Yo aproveché y me escapé un par de días antes, para ir reconociendo el terreno, conocer Logroño y sobre todo, para visitar las bodegas de Marqués de Riscal y de Ysios. Dos de los nuevos reclamos turísticos de la Rioja.

El viaje comienza con una visita a la ciudad de Medinaceli, para después continuar hasta Soria, tapear un poco y seguir camino hasta Logroño.
Paseíto por la ciudad y de nuevo tapeo y por fin los primeros vinitos!!!

Al día siguiente, la esperada ruta turístico-gastronómica por Elciego y Laguardia.Comenzamos por reservar cita para la visita de Marqués de Riscal y después camino a Laguardia. Dimos un vuelta por la ciudad amurallada y acto seguido nos acercamos a ver la Bodega de Ysios, que todavía no está abierta pero se puede ver desde fuera.
http://www.domecqbodegas.com/caste/bodegas/index.php?bodega=ysios

Es un edificio espectacular, obra de Santiago Calatrava, enclavado en un paraje sin igual, que nos dejó perplejos.
Merece mucho la visita, creo que para 2008 permitirán la entrada.

Parada y fonda en Elciego para comer y... a visitar la bodega, y el singular edificio de Frank O. Gehry (http://www.marquesderiscal.com/index.php).
Una experiencia muy satisfactoria, ya que en la bodega se puede hacer un recorrido histórico de la evolución en la elaboración de los vinos de la casa.Muy recomendable sin lugar a dudas.

Al día siguiente nos unimos ya a la Pandilerendi tras visitar Briones, y comprobar que el museo del vino estaba cerrado durante las navidades. Después comimos todos juntos en Santo Domingo de la Calzada y como guinda al pastel, nos acercamos a Grañón, pueblecito donde escenificaban un Belén viviente.

Con motivo de el 10 aniversario del plan Nocheviajero, Pablo organizó el día 30 una visita a la bodega Rioja-Santiago en Haro y después comida en Echaurren, un restaurante de conocido prestigio situado en el pueblecito de Ezcaray.
http://www.echaurren.com/
Después cafes, copas y...
Etc.

El 31, día tranquilo de preparativos, búsqueda del famoso "langostino de carrefour", para dolor de Bego-Mari del Señó y risas en general.