Fin de año en Tarifa

Como todos años, volvimos a cumplir con la tradición "nocheviajera", esta vez en el sur, en Tarifa. Nos reunimos más menos los de siempre y alguna incorporación nueva, lo que siempre se agradece y refresca el ambiente.

Esta vez alquilamos un conjunto de dos casas de madera situadas en Punta Paloma, que por lo visto son referencia en el mundo del surf. Para nosotros, bueno, demasiado hippies quizás pero en cualquier caso, suficiente.

Hubo risas con el tema ya que la primera noche, yo estuve apunto de abandonar y regresar a casa. Sofía y Mario, en cambio, usaron el comodín del público y utilizaron una casa que tiene Mario no muy lejos de allí. A mí me convenció el desayuno en la terracita y el solete de por la mañana.

Como siempre, tranquilidad y buen ambiente. Excursiones y charletas al abrigo de una hogera, bien acompañados por una copita de ginebra, que no falte.

Después a preparar la cena, para 19 personas, una labor complicada que debido a la escasa equipación de la casa se resolvió con un buen embutido, unos langostinillos, unas ensaladitas y una magnífica Fondue de carne, ideada por mi prima Silvia. Vinos y cavas (lamentablemente), y después muchas copas, musiquita en la terraza y bailoteo hasta que el cuerpo aguantó.

A la mañana siguiente, me levanté temprano y hacía un día espectacular, sin viento y una temperatura de escándalo. Así que decidí ir a echar un vistazo a la playa de Bolonia e intentar meterme a tomar olas, ya que me había llavado la "champerita".
Me duché y me fuí para allá. Llegué y ví que el tema estaba como para meterse, una olita orillera de caca, pero era uno de Enero, hacía sol y estaba allí. Así que pensé que, qué mejor manera de empezar el año.
Semi-inconsciente, me puse el neopreno y ya abandonando el coche iba sudando. al intentar llegar al agua, me metí en medio del desague del riachuelo que va a parar al mar. Estaba absolutamente embarrado, y resbaladizo, puag!!!

Me puse de barro hasta las orejas. Después llego todo empanado y me meto en todo el canal de río, de tal forma que el mar me chupaba que te cagas. Empiezo a remar para volver a tierra y, tararí que te ví. Pensando lo mongo que era, esperá a una olita que me llevase a tierra y al final, después de unas dos o tres, conseguí salir.

Buff, menudo susto, menudo empanao de las narices. me había metido en todo el canal, así de primeras, solo en la playa y sin nadie alrededor. Joder como si fuese el primer día que voy a hacer surf...

Total que volví a entrar, me revolqué un par de veces más y me dí cuenta que ya había hecho el mongo lo suficiente como para irme a casa.

Después fuimos a tomar algo a la playa de tarifa, y pudimos disfrutar de una de las mejores tardes que yo recuerdo. Paramos en un hotelito que tenía una terraza espectacular para tomar una cerve. Allí estuvimos un buen rato, mirando al mar y comentando que locura de tiempo. Estabamos en una isla del caribe, 20 grados, solazo, manga corta, rodeados de pivones y mirando a los surferos al fondo. Innncreíble!!

Post cerve, fuimos a comer al chiringuito del camping, situado en la misma playa. Como siempre comimos tarde, y después cafetito, y después copitas... Ya se sabe. Total que para terminar rematamos la faena viendo todos, la "pandi-lerendi" juntita, una espectacular puesta de sol, que remató un primero de año fantástico.