Hoyamoros, la Tierra Prometida

Hace ya unos años Talete y Palan me hablaban de un sitio especial.
Una zona de bloque chulísima, en un valle glacial, todo lleno de bolos y con unas praderitas verdes rodeadas de agua...
Pero había que patear cerca de dos horas, y sólo para hacer bloque.
Vaya perezaka!!

Así que la cosa se quedó en suspenso, hasta que este año me he "jartao" de hacer bloque, y me ha picado muchísimo la curiosidad.



Primer finde de agosto y media España rumbo a la playa, momento perfecto para escaparse con Pablets y Javi a la tierra prometida.
Un buen tirón de kilómetros estrenando el coche del Clos, con las últimas tecnologías en radiocassette.
Quién coño conserva hoy en día cintas de música??
La banda sonora del viaje comenzaba amena con una cinta rayada de Frank Sinatra...
Umm, no tienes otra cosa?
Ah, sí mira, Abba:




Mama mía, después de un rato, y on la cabeza llena de tanta gloria, era hora de cambiar por algo más moderno.
Anda mira!
Una cassette de chistes de Arévalo, vamos a cambiar un poco, no?




Con tal panorama, nos plantamos Candelario, así que tocaba llamada a Talo para que nos indicase la aproximación.

Oye Talete, que como se subía al sitio este?
- joé tío que estoy viendo una peli, pues...
Pillas la pista, subes por una curvas, son siete creo, y luego llegas donde llanea, y buscas un hito, y ahí tiras pà arriba.

Después de 4 o cinto llamadas más y de cortarle lo mejor de la peli, conseguimos encontrar algo similar a lo que nos había indicado. Tiramos para arriba.

Ya de camino, peazo nubarrones acechaban, y había bastante niebla. Como a mitad de trayecto se nos puso a diluviar, y bajo una roca cobijados, empezamos a sacar abrigo.
Pablo fue el primero en ponerse unos pantalones largos. Después yo le imité, y a los dos minutos, tuve que sacar el plumas. Menuda rasca!
Pablete entonces viendo el percal sacó tb el suyo. Clos como gran macho que és simplemente se puso una sudadera. Si es que con tanto músculo...
;-)

Una vez arriba pudimos ver con nuestros propios ojos, el espectáculo que nos habían contado. No era para menos, qué sitio más alucinante.
Dos días de bloque en bloque, con solete, y fresquito. Una pasada.