02 mayo 2007

Adiós a la más bella

Hay veces que llegas a los sin sitios sin saber muy bien cómo. A mí me pasó algo parecido con la Speed Triple. Nunca creo, que se me hubiese pasado por la cabeza tener una moto inglesa y mucho menos sin carenado. Pero en un momento de indecisión y de duda sobre a qué tipo de moto cambiar, cansado de las maravillosas pero impersonales japos, y con conocimiento suficiente como para huír de las italianas, decidí lanzarme a una aventura de carácter y distinción.
Quería una moto "gorda", con par, porque no queía ir a sopotocientasmil vueltas como con las 600, que son muy divertidas a la par que adictivas, pero poco recomendables si lo que se busca es ir más tranquilo.
Así, un mes de marzo de 2005 me pasé por el concesionario de Triump, con la idea de hechar un vistazo a la Speed Triple, en negro, que me encataba. Pero para mi sorpresa, no la había en negro, sino que tenían una exposición en color oro.
Flipé...
Me quedé loco con aquella moto tan bonita y diferente. A la semana siguiente fuí a probarla y me quedé absolutamente embriagado con su sonido y su forma suave y alegre de andar.

Dos años más tarde y tras comprobar que es una de las motos más bonitas y personales que voy a tener en mi vida, la he vendido. No sin pena, pero con las ilusiones renovadas en abrir nuevos campos y mejorar mi nivel de conducción. Con ella aprendí muchas cosas, pero sobre todo a rodar a ritmo endiablado por carreteras de montaña con infinidad de curvas, gracias a una parte ciclo muy rígida que transmite tremendo aplomo y confianza. Gracias a unos frenos con los que aprendí las palabras "aquí y ahora", y por supuesto gracias a un motor lleno de par y con una conexión tan directa con el gas, que te permite hacer diabluras.

Ahora disfrutad de la belleza, de la mano de mi amigo y gran fotógrafo Jesús Ayuso. También hay alguna foto mía, eh??
;-)



No hay comentarios: